¿Por qué alguien debería aconsejarnos sobre quién hace las labores domésticas en nuestro hogar? Pues, resulta que esto puede influir en el crecimiento económico global.
Según un artículo presentado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) el PIB global crecería, según una estimación conservadora, al menos un 4% si el trabajo no pagado estuviera mejor repartido.
El trabajo no remunerado, como el cuidado de los niños, los ancianos y las tareas domésticas, representa una parte importante de la actividad económica, pero no se contabiliza como parte del PIB.
Según estadísticas globales, la mayoría de las mujeres soportan de manera desproporcionada la carga del trabajo no remunerado: en promedio, las mujeres realizan dos horas más de este tipo de labores al día que los hombres.
Si bien gran parte del trabajo de cuidado no remunerado se realiza enteramente por elección, la influencia cultural, las características del mercado laboral o la falta de servicios públicos, infraestructura y políticas favorables a la familia son determinantes. Esto limita la participación de la mujer en la fuerza laboral y reduce la productividad de toda la economía.
“Incluso en los países más igualitarios del mundo, las mujeres hacen al menos un 20% más de trabajo no pagado”, aseguran los economistas que firman el artículo. Y estima que si se pusieran en marcha políticas para reducir estas diferencias, el PIB global aumentaría al menos un 4%, según un cálculo que los propios autores consideran muy prudente.
El artículo no se limita a señalar un problema, y nosotros tampoco. El FMI propone a los Gobiernos de los países en vías de desarrollo invertir en infraestructuras, seguridad y servicios como agua o electricidad para descargar de trabajo a las mujeres, además de mejorar la conectividad digital.
Os invitamos a ser parte de este cambio y a poner en práctica en casa la repartición igualitaria de labores. Mientras tanto, nosotros los ayudamos enseñando y divirtiendo a sus hijos en el cole.